El último gran mariscal



El último gran mariscal
Gabriel Milito

El último gran mariscal que tuvo el club. Un defensor del paladar negro, digno de la rica historia roja. Fundamental en el título del 2002.

Hoy, 7 de septiembre, recordamos el cumpleaños del Gaby, con una breve biografía publicada en el especial de El Gráfico de ''100 ídolos de Independiente''

Ese 21 de diciembre de 1997, y con tan solo 17 años, ese muchacho de rulitos salió jugando del área con la pelota al pie, la cabeza levantada y la pisada firme como si tuviera diez años jugando en primera. Poco imaginaban que ese marcador central que debutaba en la victoria ante Ferro iba a darle tanto a la camiseta de Independiente. Y no estamos hablando de títulos, ya que sol consiguió el Apertura 2002, sino por devolverle a la zaga central esa fineza a la hora de marcar. Digna de las
épocas más gloriosas del Rey de Copas.
 Ese fenomenal defensor comenzó jugando al Baby junto a su hermano Diego (luego, delantero de Racing) en el club Viejo Bueno de Quilmes. Las palabras no alcanzan para describirlo.
Eficaz en la marca sin utilizar la violencia, tiempista como pocos y solvente como ninguno, muchos indicaron a este Milito de Trossero, Villaverde o Maldonado. ''Es mucho mejor que yo'', sentencio el Vikingo cuando fue entrenador de Gaby en el 2000. Sin embargo, fiel a su costumbre. Milito nunca se creyó lo de ser referente: ''Caudillo es un término que no sé definir con palabras, pero yo no lo soy''.
 La camiseta de la Selección tambien fue muy bien protegida por Milito. Habitué de los juveniles de Pekerman, tuvo la suerte de jugar el mundial 2006. Sin embargo, hacer un repaso de su carrera sin mencionar esas malditas rodillas es imposible. Cuando era un pilar del equipo en el 2001 se rompió por primera vez los ligamentos cruzados y estuvo fuera de las canchas hasta el 2002. Pero el dolor se transformó en alegría cuando de la mano del Tolo Gallego, el Rojo volvió a gritar campeón tras siete años. El fue capitán y líder de ese equipo que por momentos arrasó a los rivales.
 Su grandísimo rendimiento no tardó en hacer que los mejores clubes de Europa se fijaran en él. Zaragoza fue el destino que eligió para su primera experiencia en el extranjero. Mal no le fue, por que gano la Copa del Rey y la Supercopa española. Su aplomo hizo que el Barcelona lo fichara a cambio de 20 millones de euros. Las lesiones le complicaron la existencia. -Sobre todo la última, que lo tuvo 18 meses afuera- en el equipo catalán, pero Guardiola lo tiene como un ejemplo de perseverancia y liderazgo, en quizás el mejor equipo de todos los tiempos. Porque si hay algo claro es que El Mariscal puede jugar en cualquier lugar del mundo...



Fuente: El Gráfico
''100 Ídolos de Independiente''
Edición: Libro de Colección,  N° 29
Año: 2011

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